Sobre una loma, al borde de un pequeño valle totalmente rodeado de bosque, río y manantiales, proyectamos una casa lineal de 120 metros de largo. Es un gran espacio de estructura metálica donde todas las habitaciones y locales de la casa responden a la misma vista, al mismo pórtico de madera. Las circulaciones se dan sobre un pasillo largo cubierto de cristal al respaldo de éstas. La estructura metálica levanta la casa y queda totalmente flotada del terreno que permite pasar el agua por debajo de la construcción. Todos los muros divisorios son paralelos y rítmicos, con una batería de servicios y baños que separan la circulación de las habitaciones. Dentro de este mismo cuerpo queda la alberca y sus servicios, como un local más dentro de todo el eje, con una cubierta motorizada de cristal que puede descubrir el espacio y dejarlo al aire libre. Al final del cuerpo se remata con la pista de tenis debajo de los árboles.

Al frente de la casa se diseño una serie de corrales para los caballos, bordeados por calles empedradas cerrando un circuito de recorridos.

Un cuerpo rectangular de estructura metálica forrado con madera y cubierto por cristal alberga las caballerizas, las bodegas y la casa de los caballerangos. Una pileta de agua sobre un patio de piedra refresca a los caballos mientras se encuentran sombreados bajo  su cubierta de madera.

En la parte mas baja del vallecito, de manera natural se diseñó un juego de lagos unidos entre sí con algunas cascadas, para aprovechar el agua de lluvia y refrescar el medio ambiente.

Los materiales utilizados son: estructura metálica, paneles prefabricados, concreto aparente, aluminio, cristal, piedra y madera.

La casa en sus acabados es muy austera, todos los pisos son de concreto aparente pulido y encerado, ya que nos interesaba crear un ambiente muy neutro en cuanto a su apariencia y a los colores de todos los espacios y de esta manera no competir con el paisaje lleno de colorido, textura y planos.